Moritat

¿CUÁNDO ENLOQUECE UN HOMBRE?

I

con ojos bien abiertos me mira el cielo, su pasmo es claro pero no rezo, sigo escribiendo,  y le grito que no importa, estoy bien,  humano soy y mi oficio es arder… quemo todo lo que al paso se sostenga  de mis ramas y entonces cenizas quedan  como un aliento de esperanza.

II

el corazón así bombea la sangre perturbada  que aprisa brota en el tórax como fuego  y sale de mi boca con palabras salvajes dispuestas a mutilar brazos de doctrina  y piernas del miedo.

 III

un hombre no es nunca una bestia, bestia es el hombre que se regocija sabiamente  en las cenizas de mi lecho y busca entre ellas su garrote para andar con paso rápido al borde del lago, donde los robles crecen y el agua espera ser enturbiada  por los aires humanos, deseando que caiga en sus abismos quien tenga que caer.

 IV

¿me escuchan cuerdos? mi palabra grita, observa  y vuelve a gritar con voz leonina el “yo quiero”… yo creo en gestos y ademanes procaces, en la conmoción bestial que existe y desea libar mi aliento  

V

qué importa si ser estoico eres, si mujer pájaro o mujer virtud, si varón siervo o varón ambicioso, yo hablo y pregunto lo mismo a todos:

¿cuándo enloquece un hombre?