Yamila Valenzuela

Ni... (vivencias)

 

 

 

Ni la tarde lluviosa que refresca la memoria,

ni el cielo azul que se abre para mis rezos,

ni el dulce polen que llevan las abejas,

ni el alegre canto de cigarras en el suelo,

ni el brillante sol que adoro y acaricia la hierba,

ni el frenético roce de la brisa en mi cuerpo,

ni el sonido de tambores que para mí es fiesta,

ni mi mar dulce con sus olas en los cielos,

ni mi orquídea favorita que nunca protesta,

ni los aromas de las rosas, la canela; te quitan lo bello,

mucho menos logran que mi amor por ti se desvanezca.

 

Yamila.