MADRUGADA.
Hice la noche dormir
y al alba desvelar,
obligué al día madrugar,
para a tu alcoba venir.
Y tu sueño contemplar,
en tu respirar apacible,
haciéndome extasiar,
tu pectoral irresistible.
La beatitud de prendas,
que cubren tu desnudez,
sugerentes prebendas,
que atentan mi sensatez.
Duerme amor y sueña,
que estás en mi soñar
y mi alma se empeña,
en tu íntimo elucubrar.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA.)
Octubre 27 del 2019.