Soneto
Si al despertar recuerdas mis caricias
y los besos que con amor te he dado
no olvides señora que yo te he amado
con toda la pasión y fantasías.
Si los ardientes gozos de esos días
te hicieran recordar aquel pasado,
es tu corazón aún no ha olvidado
los dulces recuerdos de mis delicias.
No te olvides, mujer, tu amor primero
ni los besos que dieron a tu vida
lindos colores que, en la primavera,
llenaron de fulgores a un lucero…
Fueron los años de la edad florida
en que vivimos la ilusión primera.