Diego Nicolás García Contreras

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Llega el momento en donde piensas si realmente se justifica que estés dormido.

No he podido pegar pestaña así que vengo a decirles lo que me pasa.

Bueno, no quiero volver a nacer en un poema, ya lo haré en otra ocasión pero hoy no, creo que ahí radica el problema... En posponer...

¿Cuales son los verdaderos momentos de placer?
Yo los recuerdo... Entrar a esa casa para encontrarnos con la batería, grabar un disco de Estupideces, insultar a la lógica con el absurdo, que el discurso cambie tu vida pero no en un solo sentido, sentir...a tu cuerpo fabricando aromas.

A toda la energía que yace en mi sin obstrucciones,
sentirse pendurado en la unidad,
atado a la libertad de ser incorrompible.

Amigo de las mañanas y del mate amargo,
pintura en las manos y en el pantalón,
cuerpo bronceado, olor a playa, tu cuerpo sobre el mío,
amándome una promesa frente al espejo,
principios principales declarados,bitácora de viaje,
la santidad del cuerpo.

 Hendir la palabra con la acción y sin ser objeto de todas las miradas.
Ser distinguido, honorable y atractivo por siempre, construir el nido todo embarrado,
llegar la noche en torno a una fogata, acariciar el delirio pero no de golpe, solo delicadamente,
estar equilibrado hacia la profusion, al movimiento en acción,
abstraído, jugando...

 

Uf... Entre otras cosas, eso me hace feliz, tener el control de mis actos, de mi música de mis programas y de la ayuda que puedo ofrecer... 

 

¿Y entonces?

 

No pude dormir esta noche

Pero no caeré en la ansiedad

Mejor enciendo las velas y espero el amanecer en mi fogata interior,
que esto sirva de precepto,
no de pretexto,
que haga las bases de lo que se viene,
y que entre tanto suspiro se desprenda una canción y todo lo que ella abarca.

Que el vicio de la creación se presente ante mi y no me deje impávido.
Mejor que me haga de nuevo, me permita volver a nacer con un nuevo nombre digno.