Classman

EN EL INFIERNO

 

Un angosto callejón

con las calles empedradas,

el frío de sus paredes,

congelaba las miradas.

 

En lo alto de la torre

sonaban las campanadas,

son las doce de la noche,

son horas muy complicadas.

 

En el empedrado suelo

se escuchan unas pisadas,

las sombras en las paredes

se veían reflejadas.

 

Atrapado por el miedo 

se aceleraban mis pasos,

esa sombra era la mía

y ese ruido el de mis pasos.

 

Un recóndito lugar

donde se posan las nieblas,

repleto de soledad

y donde todo es tinieblas.

 

                                       J. Piñeiro