¿Vives sólo, amor, en mi mente obnubilada
o eres algo más que el fruto de mi fantasía?
¿Eres, acaso, como rosa que dura un día
y que se deshace en mil pétalos deshojada?
¿Eres, amor, como la amapola colorada,
que en primavera enciende los campos noche y día,
o eres como la bella rosa de la peonía
tan fragante, esplendente, vistosa y delicada?
¿Qué eres, mi amor, que tanto atormentas mi mente,
que daría mi vida entera por no perderte,
y que con tal fuego has cautivado mi corazón?
¿Eres, acaso, amor mío, la postrera razón
por la que vivo en este mundo siniestro e inerte,
que me condena a vagar por él eternamente?
Suspiros y sueños de amor