No hacen faltas palabras para vociferar a los vientos que sutilmente acarician tu cabellera este sentir tan profundo y eterno, porque nuestras miradas hablan, hablan y se acarician con tal pasión y delicadeza que nuestras pupilas lubrican y hacen más intensa nuestras miradas penetrantes, acompañadas de la silueta de tu sonrisa orgásmica. Hablan en aquel lenguaje del algoritmo del amor, hablan y expresan tanto, que en mis sueños más profundos se siente el ulular de tus confesiones, lo que provoca que sutilmente pulule en tu vida, hasta la eternidad, por ello cuando abunden las emociones, nuestras miradas hablaran.