... y porqué no rodar
hacia el refugio de los astros,
entrar con entera libertad
a su guarida,
navegando sobre
nuestra propia suerte,
aún bajo los aguaceros
con más lanzas,
insulfando equilateralidad
a nuestro amor iluminado.
Mira sobre mis hombros
lo que nos dice el recorrido,
la aridez que nos aguarda
en este \"sacrificio\",
pero en lo alto del mundo,
será a nuestros pies la aurora.
Disfruta lo nuevo del paisaje,
nuestras voces levantadas,
irán antecediéndonos,
desafiando atajos cerrados,
echando abajo
incógnitas preconcebidas.
La antigravedad del viaje,
reducirá a cero la nostalgia,
y al llegar,
estaremos limpios de lodo,
brillando nuevos,
como la marea alunizada
que nos bautizó los ojos.
Eduardo A Bello Martínez
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