anzuna

CUANDO EL MUNDO DUERME, MUCHOS SON LOS SOÑADORES

En la noche cuando acomodo mis ojos
a convivir con esa oscuridad absoluta
tan negra como un pozo insondable
navegando entre las sombras de mi propia mente

El fantasma del miedo que ronda en las calles
más allá de este lugar en que descansan mis sueños
acecha la oscuridad con su horror de muerte
sólo se oyen los gritos de los que nunca duermen

Bajo los golpes del destino que la vida me ha dado
yacen los escombros de mi alma desnuda
las ideas que me hicieron prisionero del miedo
y mi cabeza ensangrentada por mi corona de espinas
jamás se han postrado ante ningún verdugo
porque siempre fui dueño de mi propio destino

Y sin embargo la amenaza del tiempo
que aprisiona mis años
no logrará doblegar mi espalda
ni tambalear mis pies en este duro camino
seguiré firme aún con el viento que nos empuja al abismo

Y no me importará cuan estrecho sea el sendero
ni cuanto castigo me depare el destino
ni las ideas que me hicieron prisionero del miedo
Estaré por encima de las sombras
porque mi luz de esperanzas estará siempre encendida

Soy el amo del tiempo, del silencio y la muerte
soy la luz que se enciende en mis noches vacías
capitán de mi alma y timón de mi vida
constructor de mis sueños, navegante del cosmo
de ese enjambre de estrellas que se abre a la vida