A lo lejos, los rostros que deambulan en vigilia
El tiempo que transcurre asesinando los sueños
Caminos de ocasos reunidos murmurando despedidas
La muerte que se asoma sin carne, sin aroma, sola con sus facciones de muerte
El tiempo ha transcurrido, dejando un trazo de río en nuestra piel
Piel reseca por el tiempo, sin río que humedezca su esperanza
Días perdidos en el tiempo, sin rostro de los años, solos de olvido
El tiempo de recuerdos, como ríos fluyendo en la memoria
Los años que ultrajaron la niñez, convirtiendo en muerte los sueños
El hombre que ha quedado sin espejo, sin imagen, en el fondo del olvido
Inmortal para sí mismo, en su verbo interminable, en su indigente poesía
Hombre soy en esta hora, ante la augusta impotencia del hoy y del ahora.