Alguien inicia una sesión sagrada, bestial, forma una estrella,
algún modismo tremendo, satánico, infernal, alguien blasfema,
antes /sin yo saberlo/
La consistencia del volumen tan empírico, tan conocido,
lo contradice,
el Mundo hiberna al calor de la única especie,
alimentado con una mercancía zootecnista,
/ya está acostumbrado/
Pensaba que el espacio era tener noción de los objetivos y el movimiento,
un mapa espacial sobre la cercanía del lugar,
en la hoja,
en el libro,
que le permitiera filosofar como Kant,
y empezó a experimentar con los mamíferos, con las ratas,
y la cercanía de los Hechos.
En su aliento de feto magullado, no reniega la ponzoña armónica de sus mitades,
acaba de nacer con una ruptura, con ese rompimiento en el reflejo.
[me ha visto en la sequía cuando mojo mi carencia]
Tengo el lápiz con una gangrena de vocales, no las borro
/ no te borro/ repito los errores,
cuando les cierro los ojos, y los encuentro en mi libro.
Algunos dirán que la poesía ha sido estancada, que no hay nuevos giros,
no tiene progreso, se quedó en su propio eje de rotar,
/de rodar/
en su estilo radial y género tan anticuado.
No lo sé, solo veo la bisexualidad de la célula, dotada de energía propia,
/ a la teoría sensible del núcleo/.
Algunos vendrán a ovular, alguna frase, algún concepto
[a contradecirte].
Yo tengo la superstición arbitraria, darle al ángulo, un gesto, un gusto,
que represente un signo interior, [el efecto constituido, placebo]*
/el conjunto algebraico de la expresión/.
Los teólogos literarios darán su doctrina, un método, un sistema o secta
el pequeñísimo embrión tendrá sus consecuencias…
…de mutar.
Bernardo Cortes Vicencio
Papantla, Ver, México
07:2520102019