Baraka

ANTONIOLOGIA BOHEMIA A PAOLA

Todo se marchita en este lugar,

pero se siente un exquisito sabor a carne prohibída,

el miedo se columpia en mis trenzas doradas,

mi alma disoluta se vuelve veneno para las hadas,

y mi sudor no molesta más.  

 

Pertenezco a la sombra absoluta,

donde la dicha fue terriblemente negada,

y herida de muerte quedo la lujuria.  

 

Tan rota esta la mezclilla como incompletas las mañanas,

sin esa mentirosa mirada que con el firmamento yo confundía.  

 

Voy sacando los recuerdos de mi mente

con palas, picos y machetes,

pero no tienen vida mis alas

para escapar de estas cuatro paredes que me trajiste con tu llamada.  

 

Tus tiranías a las que soy adicto me condenan a la huída,

el Fénix que creí ser en su ceniza quedó muerto,

renacería si pudiera escuchar tu voz,

gustoso criaría los cuervos que necesitas si mis ojos fueran mas de dos.  

 

Voy sombra tras sombra,

pisando hojas muertas, gritando; ¡Paola!,

lanzando ballestas a lo que se mueva, a lo que se esconda,

matando los acertijos de tu inocencia,

racionando tus besos para cuando me hagan falta,

pidiendole al cielo por tu clemencia.  

 

Se desconecta el corazón con tus desplantes,

abusan de mi las mañanas,

y me va comiendo la tinta en tatuajes.  

El universo entero se congela si te molestas

pero todo lo arreglas con tu sonrisa de angel.  

 

Sé muy bien que a tu altura no podria respirar,

sé muy bien que con un beso de los que sabes dar me ahogaría en un instante,

lo sé muy bien,

lo sé muy bien porque hasta Dios voltea hacia arriba cuando quiere mirarte.

                                   

                                           ALONSO VILLANUEVA