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Los Sonidos de Dios

 

***Los Sonidos de Dios***

Hizo de la soledad su religión

aun sabiendo que una legión

de silencios le acompañaba.

 

Las vibraciones del viento era

los suspiros de Dios hablándole,

su sordera le había permitido

aprender a leer los labios de Dios.

 

Murmullos que luego transcribía

y los convertía en fantásticas

sinfonías que trascienden al alma.

 

Su sordera progresiva se trocaba

en bendición y maldición,

bendición porque le permitía

escuchar la voz de Dios…

Maldición porque no conseguía

escuchar su propia obra…

 

Sabía que la adulación

es una dulce ilusión,

que tarde o temprano

amarga y enluta el alma.

 

El silencio ponía vibraciones

Interiores que sosegaban

y aplacaban las rebeldías

de su corazón…

 

Por eso escuchar a Beethoven,

apreciar su legado es como

un arrullo de paz y un torbellino

de pasiones desencadenadas

que estremecen el alma…