A UNA ROSA.
Ante su beldad suprema,
me pregunto una cosa:
¿Qué tanto valdrá la pena?
¿La vida efímera de la rosa?
Por bella se codicia y quiere,
esperando su corola abierta,
pero se le corta y se le hiere,
para en el florero verla muerta.
Cuanto siento a la rosa,
aromática y hermosa,
cuya vida se destroza,
vendida cual fútil cosa.
Que tanto más le valiera,
haber nacido cardo;
Ese cardo de la pradera,
que nadie osa tocarlo.
Rosa va por ti mi elegía,
tu esencia es ya desierta,
te ves viva estando muerta
y yaces cual flor de un día.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Octubre 28 del 2019.