David Arthur

Allí, donde la belleza mora

 

Mi respiración la aguanto

en admiración silenciosa,

tu mirada hacía la estrellas,

para no perturbar

 

En mi mente

con discreción de puntillas camino

por los contornos de tu rostro,

allí, donde la belleza mora

 

Nuestro amor el favor no encontró,

Shakespeare bien conocía nuestra pena,

tu semblante claro, el mío más oscuro,

intolerancia nuestra suerte dominó

 

Me retiro

sin darse cuenta de mi presencia,

cual lágrimas en la lluvia de abril

arrastradas en el olvido

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