Verde puro, verde sombrío,
el campo.
Hoy su calma contemplo,
y miro al cielo...
Me recuesto,
y sueño que has vuelto,
desde lo alto,
para hablar en cristiano...
Entonces, yo a tu lado,
ya de viejo,
a modo de blanco abuelo,
y de rostro santo...
Empapado de tiempo,
al sol bisoño,
tranquilo y sosegado,
llevando la cuenta del rosario...
Bienvenido,
que tu corazón está sonando,
en mi adentro,
a la cita me has llegado...