Donde cabe tu nombre,
se escribe también
el largo de la añoranza.
A veces
olores llegan,
o sonidos,
o excitaciones del tacto,
y me repletan de cosas tuyas.
Se abren interjecciones
empujando
y devolviendo vida,
con ese gusto ambar
de las cosas sencillas,
disfrutadas a hurtadillas.
Lo breve se nos
cae encima,
nos convoca siempre
a la espontaneidad
de su degustación,
a recorrer en un sólo bocado
todo lo que se cocina.
Eduardo A Bello Martínez
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