Últimamente no te estás comportando
como una mujer debe.
Dices que me amas,
bueno, al menos hasta hace
unas semanas atrás.
Ahora desapareces de casa,
ni siquiera me dices dónde vas.
Estás tomándote libertad
de una mujer casada
que no corresponde.
No voy a seguir aceptando
tus ausencias sin saber
qué haces de tu vida
fuera de tu hogar.
Necesito una explicación
a tu comportamiento.
Noto que tu mirada
no tiene expresión,
¿qué es lo que te pasa,
te encuentras enferma?
¡Contéstame, por favor!
Me tienes intrigado,
y tienes la obligación
de responder a mi pregunta...
¿por qué motivo te ausentas
de nuestro hogar,
y me dejas como a un ignorante
esposo, sin saber qué haces
de tu vida fuera de casa?
¿No piensas responderme?
Me des lomo trabajando
ganando la miseria
que me pagan, y cuando llego
a casa hace un buen tiempo
no estás aquí...
¿piensas permanecer en silencio?
Te desconozco, no eras así...
¿cuál es el motivo de tu cambio?
¡Al fin escucho tu voz!
sales, me dices... ¿y dónde vas?
¿A trabajar...dónde?...
No esperaba tu respuesta.
¿por qué me lo has ocultado?
Sí, siempre te he dicho
que no quería trabajaras.
No me ubico en los tiempos
que estamos, solos los sufro...
por el hecho que no estoy
remunerado como tendría que estarlo,
debido a lo caro que está todo.
Pero no me hice la idea
que tú estabas ausente
porque ibas a trabajar.
Justamente ayer encontré
a tu amiga, nos saludamos...
nada me comentó.
Claro, se pusieron de acuerdo
en que yo no me enterase.
No me ha parecido muy inteligente
tu silencio. Llegué a pensar
cualquier motivo... menos éste.
No, no se me cruzó por mi mente
que estuvieses engañándome...
no sabía dónde estabas,
nada más que eso.
¿Hasta cuándo hubieses permanecido
en silencio?...
¡Es admirable lo que has estado haciendo!
¡Trabajando de modista con tu amiga
para ayudarme a paliar
los gastos que tenemos!...
Perdóname por mis locos pensamientos...
no sé... ya ni me acuerdo
cuáles han sido.
Ahora no tiene importancia
ni que lo recuerde...
¿te he pedido perdón?...
perdóname querida, no sabía nada...
lo tuyo es un gran acto de amor...
Tendrías que habérmelo
dicho en su momento.
Lo hubiese comprendido,
como lo estoy comprendiendo ahora,
y agradeciéndote el sacrificio
que estás haciendo... para ayudarme.
Te pedí una explicación,
ya me la has dado.
Tu gesto es para amarte
mucho más de lo que
siempre te he amado...
tú me decías que me amabas,
nunca lo he dudado...
y con tu actitud me has demostrado
que nunca dejaste de amarme,
ahora comprendo que me amas
mucho más, como yo a ti...
gracias amor...
Derechos reservados del autor (Hugo Emilio Ocanto -05/11/2013)