Amanece la luz quebrada
y con los rayos cenicientos,
mientras en la rabia se ahoga
cualquier freno, de paz o tregua.
En un alba de desengaños,
vacías y huecas las palabras,
el olvido que te es perfecto,
te viene como anillo al dedo.
Amanece el corazón muerto,
la rabia ciega sentimientos.
Mueren palabras en el alma
que se lleva corriente de agua,
arrebatando tu recuerdo.
He borrado de mí tu nombre,
arranqué de mi piel tu tacto,
de tí, solo queda el silencio.