Suspiras, reprimiendo un grito de desesperación,
Ahogando las ganas de gritarle que es tuya, aunque él la tenga entre sus brazos.
SON tuyos sus labios aunque él tenga sus besos,
Son tuyas sus caricias aunque él tenga sus manos.
Contienes el impulso de decirle a ese hombre que la mujer a la que él ama sigue siendo tuya.
Su ser se fue contigo, su pasión se quedo en tu cuarto y su esencia en tu colchón.
Te muerdes los labios al mirarla con él... sabiendo claramente que son tuyos sus deseos y su corazón,
Es imposible vivir con la seguridad de que ella piensa en ti cuando él le hace el amor...
Pero lo mas triste de todo eso, es que aunque ella sea tuya no volvera a tocar tu puerta,
Tú la perdiste y él la gano con el valor que tú nunca le diste.