Jamás, jamás he dejado de ser tuyo
y tú no has dejado de ser mía jamás;
Adheridos como el sueño del arrullo,
el silencio del imperceptible murmullo
o la alborada en su día al despertar.
Jamás dejarás de estar en mi vida
y yo a tu vida no renunciaré jamás,
como no renuncia el mar a su brisa,
ni el ave renuncia nunca a volar.
Y ese jamás es eterno y austero,
como la permanencia del mar
o la eternidad innegable del cielo,
que coexiste con la vida al pasar.
Así estás en el jamás de mi alma
como una magna circunferencia,
que en vía derecha o contraria,
me llevará siempre a tu existencia.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Noviembre 2 del 2019.