Te miro como a una nube.
Entre tus labios.
Tus piernas ensordecen, las mías en tus oídos.
No sé qué hacer con lo que siento, pegados y en pleno vuelo.
Te estremeces con lo mío, quedo abyecto con lo tuyo.
Vibramos a cada instante.
Caemos como las hojas,
de a dos.
Abatidos.