Disfrutamos tantos días y cantamos a las noches
Sentíamos tanta vida y salimos solo anoche
Y anoche me advertiste lo que iba a suceder
Solo te juraste no volverme a ver
Y solo en un segundo nos volvimos desconocidos
Y solo en un instante cambiamos nuestros destinos
De ser todo en cuestión de tres noviembres
Regresamos al inicio de todo en solamente un guiño
Ahora ni me miras
Ahora ni te miro
No me hablas
No hablas sin motivos
Y como sucede en la televisión actual
Regresamos a la programación habitual
A esos pedazos de cielo eventuales
A la madrugada entendiendo señales
Vuelve el enojo y esas indiferencias
De saludar a todos ignorando tu presencia
Esas ganas de mirarte y mirar el piso
Mirar pasadores y entrar al vicio
Ahora tengo que aclararte
No pretendo seguir este juego
Sangriento y desgarrador
Transgrede entero a este fuego
Nos ve mirándonos
Y secando las miradas
Para no llamar la atención
La atención de otras caras
Luces chocando a tu ventana y penumbran arrastradas en el suelo
Margaritas despetaladas en tu rostro y un encargo ambicioso
Que locura que me tenga recados el viento
Si siempre ignoraba sus efectos al compás del día
Y que extrañez todos esos cuentos de medianoche
Que me piden que te quiera a grito cual astro
Astromelias también, muy olorosas que llegan por un orificio en mi puerta
No entiendo si esto siempre sucedía o que puede estar trayéndolo
Son tantas cosas nuevas que no conocía
Son extrencidades de Luna Nueva
Son sonatas melancólicas de guitarra
Y son juglares de papel lino mojado
Olores agradables a simple puño y pensamiento
Cantares perfectos con ruido y desagrado por dentro
Reflejos anaranjados de leyendas premeditadas
Consejos de madre con identidad en sus prosas
No es coincidencia
Es amor, amada mía
Abriéndome los abierto los ojos, cual recién nacido
Cual hombre se da cuenta que su vida es un obsequio