Luis Torres Veloso

Mensajes

 

 

Fue un martes, pero podía haber sido un jueves; también cualquier otro día de la semana, no obstante fue un martes. Fue un mensaje de texto inesperado; podía haber sido cualquiera de los habituales, pero fue uno inesperado. Tenía siete dígitos, aunque para ese saludo bastaban cuatro; un mensaje marcando énfasis o musicalidad, pero siete dígitos con cuatro letras.

____

 

Aquí no hay peces que naden hacia atrás; puede haber peces que ni siquiera sepan nadar. Audaces peces de colores que quieren convertir este mar en olas rompientes sobre las playas; sumergidos, pero con la boca seca antes de arrancar ese primer saludo, que brotará nervioso, que un algún día se recordará como el que convirtió todo el silencio en ola.

____

 

Es una sonrisa, oculta en el borroso pixelado de una pantalla de ojos difíciles de definir, la que lleva a desear comer el bosque indescriptible que te rodea, para que quede el instante mismo de la desaparición de la distancia. Es al vocablo digital,  o a la voz de parloteo electrónico, hacia la que atiende mi pabellón ocular o el iris de mis oídos. Es el encuentro de tu tarifa especial y mi tarifa fusión, en horas en descuento, el único puente por el bulle el instante del conmovedor aniquilamiento de la separación.

____

 

Fluyen por los dedos alijos de ternura, embarcados en muelle de teclados, para aliviar síndromes de abstinencia que provocan calambres de pesar. Camello con papelinas de afecto no cortado negocia con adicto a la delicadeza y la pasión, en un intercambio de estampas enriquecidas en aliteraciones; mercadeo de voces mudas, tráfico de corazones geométricos  en los callejones de los sentimientos.  

____

 

Besos sin aliento de 9 a 10 caen sobre labios dibujados en un mapa de vidrio rallado; gestos gemelos de gestos repetidos, estallidos de risas en grupos de cantos rodados en línea; viajes rápidos en destellos, sin equipajes en las manos y con baúles de anhelos derramados, sin principio ni final; retinas atentas e ilusionadas.

____