Hoy me desperté y nada era igual
me ahogaba en un hueco desconocido,
el aire áspero sin sus latidos
buscaba al cielo que se había ido.
Nuestro sendero naufragaba descolorido
bajo aquellos árboles que lamieron
alguna vez, nuestros suspiros .
Mi mirada , el grito silenciaba,
y la tarde dobló su dolorida espalda
y sin aliento se marchó.
Caminé a la deriva con mi alma descalza
a cuestas con mis errantes caricias
¿Y el verso? ¿Y el canto? ¿Y el alba?
todo era un gran fantasma de papel
y yo… no sabía qué hacer.