Quisiera contemplar este crepúsculo de oro
que irradia su tenue luz por las olas del mar,
para discernir entre sus aguas verdemar
las esmeraldas divinas que yo tanto adoro.
Las esmeraldas divinas que yo tanto adoro
quisiera entre sus verdes aguas encontrar
y así en lo más hondo de mi corazón guardar
la imborrable imagen de tan excelso tesoro.
No necesito el mar cuando estás a mi lado
y clavas tu pupila verdemar en mis ojos
para admirar del océano la inmensidad.
Tu verde mirada me dejó hechizado,
y por ella caí ante ti postrado de hinojos
y me rendí a tu amor por toda la eternidad.
Suspiros y sueños de amor