Hubo un tiempo en que soñaba
con misiones imposibles,
de canciones y de risas
que vivían en jardines,
y los sueños de aquel tiempo
eran ratos de dormirse
y buscar en la almohada
los recuerdos infantiles,
como aquellos que ofrecían
las leyendas invisibles,
de las luchas en los mares
con piratas y latines,
porque estaban en las letras
de los libros bonancibles
y en dibujos cuarteados
de castillos y de alfiles...
Hubo un tiempo en que llamaba
a las puertas y a los timbres
suplicando una limosna
por los versos de algún cisne,
y es que estaban por el parque,
esperando como esfinges,
a los ojos que llegaran
y leyeran sus matices
porque el niño y el poeta
vagan juntos, como mimbres,
y hasta tiemblan y suspiran
escuchando los violines
de la orquesta del otoño,
con las hojas y rubíes
del poema de la vida
y sus versos tan sublimes...
\"...Hubo un tiempo en que los hombres,
fueron niños y felices,
y ahora, en cambio, son adultos
y se olvidan de su origen...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
11/10/19