Margarita García Alonso

Katadesmoi (ataduras en griego)

No oigo la voz de Yahveh

a menos que se asemeje

al pecado de sus ojos.

El cuchillo de Nikos Kawadies oculto,

si digo una palabra sensata

o aceptada por el verso,

remodelo el seno.

 

Sedición e indisciplina, 

Aans

en Grecia y Roma

al cruzar las aceras

me ataban tablillas de plomo

estaba marcada

al rojo ceniza de la tarde.

 

Frente al mar Egeo,

me convertía en Areteo,

maldiciendo cualquier ruina.

 

Tú lo recuerdas,

lo dije bajito

cuando te asesiné.

 

de Maldicionario,

Editions hoy no he visto el PARAISO, 2009