José Luis Barrientos León

Al conversar

 

Escucho tu voz que despacio se acerca

Casi tangible, de impar belleza, viva, humana.

Tu voz de palpitar sonoro.

Tu voz cual mariposa, que vuela cruzando el silencio.

 

Escucho mi voz que despacio desciende.

Moribunda, casi efímera esperando la noche.

Mi voz, sin alas, inútil en la bóveda oscura de mi sentimiento.

Mi voz que espera el reflejo de luna en su divagación nocturna

 

Tú voz y mi voz, entrelazando carencias, huérfanas, abandonadas.

Tú voz y mi voz, erigiendo los sueños, sonidos de vida, vibrantes, eternos

Dos voces en una, ardientes, incendiarias

Una voz que concluye avivando anhelos

 

Que será de estas voces mañana, cuando la luna despierte y agoniza la noche

Cuando los sonidos sigilosos den paso al sosiego

Cuando el eco transmute a la piel y el afecto

A dónde irán las palabras. Cuando se detenga su vuelo, entre el delirio y tu vientre.