ULTRAJE.
Cómo me duele el dolor de las que amaron,
entregando sus encantos a sádico pervertido,
con manoseo vulgar su inocencia ultrajaron,
codiciando únicamente lo que cubría el vestido.
Más no peca quién amando entrega pureza,
pero si el cobarde que la ultraja y profana,
el amor nunca hiere es ternura y nobleza,
sublime deseo perfecciona do en el alma.
Si por ese nefasto encuentro eres bendecida,
ama ese lozano fruto que tu vientre germina,
será bastión y aliento cuándo te sientas rendida,
a pesar de ser rosa del que clavó impío su espina.
Mujer fuiste creada con atributos celestiales,
santificado instrumento que perpetúa la vida,
fertilidad entrañada en apetecidos manantiales,
que se ofrendan al amado cómo fruta apetecida.
No cierres tu puerta llegará el verdadero amor,
por un fortuito desengaño la ilusión no termina,
no sufras más ni recuerdes ese miserable dolor,
quién en verdad te ame arrancará tu espina.
Autor: Víctor A. Arana,
(VICTOR SANTA ROSA),
Cincinnati, julio 22 del 20l0.