La tarde se ha tornado fría
el café aún tibio esta
y mi mente se resiste
a vivir en tu heredad
La música muy tenue
me invita a trasegar
en las cartas y en las notas
que avivan mi soledad
Escuchando el barullo
de los niños al pasar
entre tanto mi alma humilde
Se diluye, se diluye
como gotas de roció
en una inmensa humedad