El amor puro
La mañana estaba despertando,
La aurora, fue apagando
La luz sonrosada
Y las lágrimas del alba matinal.
Era la hora prima de un día virginal.
Que emocionado desplegó sus luces
En una explosión de matices.
El día llenó su faz de rubor
Que encendió su infantil candor.
Al ver la luz con emoción
Apareció el amor como una visión.
Un sueño, una ilusión, una ensoñación
Era la redención del amor sincero.
Tan sorprendente como un lucero.
Que se manifestó como una copa de pasión
Una copa efervescente que brilló más que el Sol
Y en medio de la virginal oración
Allí, ella reinaba en medio de un girasol.
La magia de la flor virginal que fascinaba.
De la mirada que embelesaba.
La flor casta que hechizaba.
Con su sonrisa todo lo embriagaba.
Arrobaron los días llenos de tibias brisas
Que acariciaban su rostro.
Sueños e ilusiones y en medio de ellas ... el amor
Que dejó su rastro, sus huellas
Eternamente marcados en las almas.
De: Antonio Encinas Carranza
De Lima, Perú
D. R.