¿Quién te da el derecho de juzgar mi corazon?
¿Quién te pidio a ti que me amaras como dices tu hacelo?
No estoy dentro tuyo, no se lo que hay en tu interior.
Mi indiferencia tiene nombre y apellido.
No busco herir a nadie, con mis deminos tengo y me basta, te acercaste, pero ¿acaso es buena tu intención?
No estoy para paradas, ando en moto, despeinado y con un corazon roto.
Te miré en el camino de mis dudas...
Nadie entendería a este loco...
Quizá lo que viste en mi fue placer...
No pierdas tu tiempo con alguien que ya no sabe lo que querer.
A pesar de que tal vez te conviertas en mi bien, no quiero cargar con la culpa de haber envenenado tu ser; tengo fuego, mal humor y tatuados mis cominos con tinta de hiel.
Me cuestionas y cuestionas y sabes que no te voy a responder, esa luz que en mi vivia se la dí a un mal querer.
Ya no hay tiempo, ese hombre que me exiges ya no existe, se quedó en el ayer.
No cuestiones, no preguntes. Si te quedas no me ames, solo disfuta del momento y de mi piel.
No te cargues con esta bestia que ya no sabe lo que es amar a una mujer.
Solo ando por la calle sin rumbo... sin destino.
Creeme cuando te digo que ya no tengo nada que perder, si te quedas no me ames, mirame como yo te veo; un escape, un calmante, quien enloquece mis entrañas de placer.