Diego Duque

Al alba I

Estamos hoy envueltos 

en la espesa nube de los 

pensamientos, en la 

insensata ebriedad del 

tiempo que se tambalea 

entre día y noche que

se va en destellos y 

amaneceres, estamos hoy

pero mañana no sabemos,

anochecemos, con la

vaga esperanza de seguir viviendo

en la espesa nube

de los pensamientos 

la disolución 

sin solución 

ante nada y 

ante todo.

Que daría por ver 

mis versos, en 

otro tiempo, en otros 

ojos. Que daría si 

la vida me diera besos 

me diera caricias de versos

olvidados.

¡ay de la vida! 

de los tiempos, que

ya pasaron, de los sentimientos 

que se encontraron 

de las huellas que

dejamos en la 

playa que paseamos 

que se borraron 

que se inundaron por las olas 

por otros pasos 

por otros vientos.

Que será del mar 

que viene y va 

que será de mi 

que divago al caminar,

no hay marea

más baja que la 

de los resentimientos 

ni hay vientos más fuertes que los 

celos. El humano 

es débil, es incierto

es maraña de 

sentimientos, palabras

 sueños.

Hay algo que nos habita 

el cuerpo, que han llamado 

alma, que han llamado 

eterno, pero todo 

acaba en este mundo incierto

las brisas se llevan los recuerdos, 

los nuevos tiempos 

borran los otros, 

y solo el presente es el que lleva 

los cimientos

de la vida triste 

de la vida dura

vida de luchas, versos y recuerdos, allí voy yo...

cargando mis engaños, mis encantos, mis peldaños

huellas que se han borrado 

en el mar

de los años.

La brisa es igual que la prisa,

se lleva todo y nada deja.