Escuchando al corazón,
sentí como palpitaba
vertiginosos latidos
y el pulso se aceleraba.
Mis ojos eran tus ojos
y solo a ti te miraban,
tus labios rojo pasión
con su brillo deslumbraban.
Percibí que te acercabas,
llegaba hasta mi tu aroma,
ese olor a rosas frescas
es el que a mí me enamora.
Una cómplice mirada
fue el inicio del momento,
nuestros labios se buscarón
y así se selló el encuentro.
Temblaba todo mi cuerpo
al sentirte entre mis brazos,
una pasión desatada
de besos y con abrazos.
J. Piñeiro