Yo era callado,
Amante de la soledad y el silencio.
Envuelto en un mundo de habitantes, ninguno.
Era agradable, era oportuno.
Ella, ella era un desastre;
Era linda, tranquila y demente.
Su boca no dejaba de hablar.
Y su sonrisa, jamás se llegó a borrar.
Yo era aburrido como un lunes de clases.
Ella era tan alegre como ave en vuelo.
Yo no pronunciaba palabra alguna
Y me perdía ante tanta hermosura.
Ella era poesía,
Cada gesto que hacía deslumbraba.
Yo deseaba una caricia,
Que rozara su mejilla delicada.
Ella se apartó de mi compañía,
Con una sonrisa y una mirada.
Yo sin decir una palabra
Deseo volver a verla mañana…