Cuando empecé a escribir...,
nadie daba un duro por mí,
y creo que siguen sin darlo la mayoría,
pero hay detalles que me llevan a la esperanza.
Mi persistencia en la denuncia de la cotidianidad,
mi búsqueda continua y objetiva de la verdad,
aunque hay que aceptar mi subjetiva visión de la realidad,
la enorme encrucijada de ideas y mi dispersividad.
Las personas que me apoyan,
siempre en un muy lento crescendo van,
mi libertad, expresó lo que no puedo en la vida real,
y mi autoestima, que no está tan pendiente de lo que mi dirán.
Sin duda, tengo mucho menos tiempo,
y menor necesidad de socializar,
porque me gusta la comunión de ideas espiritual,
Que es más posible con gente que le guste la poesía o la filosofía.
Tengo a mis vídeos poéticos,
Que son mis pequeños hijos,
les cuido, observó y me congratulo,
creo que en la vida es necesario un tiempo de olvidó.
La observación de los demás se ha convertido en una afición,
en una sociedad con tanto y absurdo narcisista egocéntrico,
Que van por la vida a contracorriente como el salmón,
quejosos de su mala suerte e infortunio.
Mi oratoria ha cambiado radicalmente,
porque el que escribe en público continuamente,
la improvisación y la creación es parte de su mente,
lo cual es una ventaja competitiva ante tanto previsto, manipulable e insulso demente.🤔