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Cómo hacer un buen poema,
que al alma sirva en su dieta?
Poned todos atención
a mi fórmula secreta.
Un pote de abecedario,
que son veintisiete letras,
se las hidrata y se vuelcan
al corazón del poeta.
Se le agrega poco a poco,
batiendo con la paleta,
un sobre de inspiración
y está lista la receta.
Se cuecen con sentimientos,
se doran con las vivencias,
las tristezas y alegrías,
sazonan y condimentan.
Se lo presenta en su tinta,
poneos la servilleta,
se sirve frío o caliente,
bon appetit, poetas!