Efímera fue su presencia, su voz se escuchó tan lejos como lo hizo su silencio, la calles se llenaron de agua como los rios de sequedad.
Cuanta tristeza soportó su corazon, indeleble su verdad... !
Cascarrabias sin remedio, renegado con pudor!
Aun sigue resonando a cántaros sus quejas y su vergüenza una noche se perdió, se perdió como tantas noches sin luna y el tiempo en el reloj.
Ajustó con descaro su fortuna y maldijo una vez más la sonrisa que su alma desnudó.
Se vistió de coraje y su corazón lo emputó para no volver amar con tanta fuerza y cuidar la frialdad que su verduga le dejó.