Ayer hablando de Ud. con mi ex-marido,
teniendo como base los mil motivos,
al nombrarla solo dije un adjetivo,
olvide su nombre y la llame ¡Ladrona!
pues, a mi vida la robò mala señora.
Yo era joven hermosa como la aurora,
llena en vivas ilusiones y esperanza,
para el tiempo futuro de mi andanza,
con un hogar pleno de flores y frutos,
no valiendo en nada nobles atributos,
Ud. llegò para quitarme la luz del dìa,
sonrisa matutina y toda mi alegrìa.
Me diò a conocer el amargo sabor,
que produce en infortunio la tristeza,
cuando es la traciòn quien te enluta el amor,
y envuelve en tibias làgrimas la piel tersa,
abalanzàndo al vacìo por sorpresa.
¿Y cuanto dolor puede causar la pena,
de amor que fue sometido a tal condena?
hacia un mar de llanto, por quererlo tanto,
dardo o un latigueo fuerte haciendo surcos,
sobre cuerpo necio, herido en el desprecio?
No sabe la hacedora del maleficio,
pues, solo robo un amor sin tener juicio,
me quito mi vida, mi tiempo, mi espacio,
todo aquello por lo que habìa luchado,
mi paz, mi hombre, mi compañero, mi esposo,
y déjando en ruinas a mi mundo y gozo,
destruido, herido el nùmen del ser amado.
Pido a Dios que sea inclemente, señora,
y en carne propia un dìa lo experimente,
sentir la brasa quemante de la pena,
del dolor en el cuerpo y alma a toda hora,
hasta volverse en solitaria demente,
o convertirse en un alma penitente.
Y que no siendo una dama muy decente,
pido justicia, para quien gozò delicias,
en vieja ostentosa ladrona con malicia,
siendo lo que es, al fin y al cabo, una mona,
luciendo gastados atributos de ramera,
que nunca conociò altar, flores, ni anillo,
si acaso, la viò algùn simple monaguillo,
cuando robando un hogar iba a la carrera.
Raquelinamor
Nov.9, 2019