Te encaró con tanta fuerza que hirió tu ego podrido, Te gritó con tanto poder que podrias matarla o dejarla en paz de una vez.
Muchas lagrimas, culpas y vergüenza acompañaban sus noches sin dormir. Mientras tú con rosas y disculpas maquillabas esos tonos grises en su rostro, todo por tus inseguridades.
Qué culpa tiene su Alma de que la tuya este enferma de violencia?
Que culpa tiene su corazón que seas un cobarde?
Rehusó ser un numero más, recogió sus miedos y los tiró a la calle, se vistió de valor y secó sus lágrimas. Y ahí supo que nadie tiene nigun derecho a lastimarla ni con el pensamiento.
Te encaró y salvó su vida.