LUCES, SOMBRAS Y COLOR
Caricias como tormentas
de feroces dentaduras
y caprichosas ternuras,
de la nada recubiertas.
Sonrisas como las muecas
de una macabra careta
y ojos en gris enfundados,
con la doblez manifiesta.
Pétreas voces como cántaros
en su profundo vacío
y sollozos como llantos,
que no aprecian los sentidos.
Amores de verde plástico
con apariencia de auténticos
y sonidos contrahechos,
en unos resecos labios.
Palabras cual torbellinos,
bailando cual remolinos
sin calma que las avale
y unos besos sin motivo,
como naúfragos perdidos
en los procelosos mares.
Entre suspiros sin aire,
se van fundiendo los mitos.
Rabiosas voces de trueno
sin matices ni consuelo
y una mirada sin ruido,
como un bálsamo sin nombre.
Abismos en las ideas
tornándose inalcanzables
y unos ojos entreabiertos,
como rendijas de sangre.
El viento marcó los rictus
de rostros impenetrables,
fundiéndose los colores
en tenebrosos parajes.
La Luna cerró los párpados
sobre su propio paisaje
y se abrieron las compuertas,
de las fuerzas ancestrales.
La luz oteo la idea,
más allá del horizonte,
acercándose sin pausa
entre los espesos bosques.
La voz gélida tornó
en un susurro de amante
y acarició los dobleces,
de las reprimidas carnes.
El sol mostró su esplendor,
pletórico, sin pudor
y la sombra se eclipsó,
deslumbrada en su estupor.
A.L.
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10/11/2019