YO CLAUDIO

POEMAS II

 

 

 

 

ATIéNDEME HIJO MÍO.

 

Atiéndeme hijo mío,

que vengo cansado

del trabajo.

El dolor de espalda

no me deja hacer nada

y tu aquí con ese teléfono

dale que dale sin pensar que

los gastos de la luz corren

por mi cuenta.

Tu te callas, no dices nada,

como a ti no te cuesta.

Que importa si yo soy el que

cada día se saca la mugre

trabajando para tenerte a gusto,

y tu, me miras, sientes mi dolor

ni siquiera dices, papa descansa,

yo te atiendo.

 

 

MANIQUI

 

En una tienda de la ciudad

En su vitrina estabas tú,

Parecías una niña triste, con la

Mirada perdida, a un cielo falso,

a escondidas, me mirabas

y me hablabas, yo no te escuchaba

creyendo que era el grosor del vidrio

y buscaba las palabras que caían

al suelo y se las llevaba el viento

pensando que era otoño y el comienzo

de un frío invierno.

Me di cuenta que estaba loco,

moví la cabeza, sonreí y me dije,

carájo, si es solo un Maniquí.