lumac

CARLOTA

 

CARLOTA

(poema octonario)

 

Asomaba por sus ojos una lágrima salina,

ella vertía su llanto con sabores a derrota,

él, de una familia rica, y ella, pobre campesina,

les juzgan por ese amor poniéndolo en la picota.

 

Marchó con el tiempo frío, igual que una golondrina,

con el alma compungida, cerrada, dolida y rota,

no quiso saber del mundo, se olvidó de la rutina,

y al amor le dio la espalda en una cala remota.

 

Vivía infeliz y ausente frente a la estampa marina,

mezclada entre suave brisa y su soledad ignota,

paseaba por la playa envuelta por la neblina,

parecía que volase como si fuese gaviota.

 

Su casa era muy antigua, solitaria y anodina,

de colores arenosos y suelos de terracota,

por las tardes observaba, a través de una cortina,

al mar azul, melancólica, sollozando gota a gota.

 

Una tarde de diciembre, de luz fría y mortecina,

vio a un hombre aproximarse, cantando nota por nota,

una canción del pasado que ella conoce y termina,

y él la dice cariñoso: aún te quiero, Carlota.

 

Lumac

D.R.A.