Cuando la noche se hace tibia,
siento que eres tú quien me abraza,
es como la silenciosa paz que se acerca,
y allí, es donde mis sueños cabalgan,
en tus valles extensos y verdes,
en medio de tu trigo maduro,
donde no se permite que cesen,
los te amo del futuro.
Y allí, con mi alma inquieta,
entre la brisa y tus aromas capturo,
tu esencia que a mis sueños diera,
la inmensidad donde fluyo.
Cuando la noche se hace tibia,
tus olas a mi mar llegan,
con sirenas, perlas y caracolas,
que a la soledad siegan.
Y encuentro el camino correcto,
que me lleva directo a tu sino,
en la mejor fiesta de todos los tiempos;
en tu centro, en mi centro; que es nuestro vino.
Yamila.