Me imagino un mundo sin ti,
Donde el canto de la madrugada,
Se convierta en el presagio,
De la noche más perpetua.
Me imagino un mundo sin ti,
Donde el aroma de tu pleno,
Deje de ser el incienso en los jardines de mi cuerpo.
Me imagino un mundo sin ti,
Donde la música de tus palabras,
Se pierdan entre el viento y la hojarasca,
Me imagino un mundo sin ti,
Donde el ocaso y su silencio,
Se confundan con la brisa,
Que se hermana a mis lágrimas.
Me imagino un mundo sin ti,
Donde mi voz se convierta,
En un eco muy largo y sin respuesta.
Me imagino un mundo sin ti,
Sin rosas y jazmines,
Y la fragancia de sus pétalos,
Se haya perdido en el medio de la nada.
Me imagino un mundo sin ti,
Con poca brisa y sin rocío,
Y en el camino de vuelta a casa,
No pueda beber, de la lluvia de tu cuerpo.
Me imagino un mundo sin ti,
Sin tus risas ni tus lágrimas,
Un mundo donde el silencio de la tarde,
Solo murmura tu nombre en voz muy baja,
Diciendo que se ha perdido,
Entre la bruma y la madrugada…
Me imagino un mundo sin ti…
Y nada tiene más sentido… nada… nada sin ti.