Agustina Lorca

¿Bailamos?

La música suena suave y delicada, y lo observo en medio de tanta gente, nuestras miradas se cruzan un momento.
Oh, ¡Que increíble sueño!
Cuánto ansío que venga y pida bailar conmigo.
Me mira con una sonrisa en este su rostro y se acerca preguntando, ¿Bailas?
Al oír aquella propuesta, he quedado quieta, congelada, anonadada de emoción es algo inefable.

¿Cómo no decirle que si?
Si he esperado aquella pregunta desde que la música entonó su melodía.

Allí estábamos, juntos al fin, un sueño, todo impecable. ¡Bendito cielo, bendita música que nos ha unido!

Bailó conmigo sin detener su paso, y sus movimientos pedían a gritos un abrazo, uno fuerte y apretado. Oh, ¡Deleite exquisito!

Me miraba a destiempo y pude notarlo, mojaba sus labios pidiendo un beso.
Me abrazó fuertemente sin decir palabra alguna con un beso en la frente marco su despido, iba desapareciendo de a poco en medio de tanta tribulación.

Oh, mi corazón se apretaba y no quería ver su partida, no deseaba que se fuera, no quería que desvaneciera así de mis manos y al abrir los ojos puedo ver que ya no estaba que se ha ido lejos. ¡Qué desconsuelo!

Guardo esa sensación linda de nuestro encuentro y que algún día lo volveré a ver en mis sueños.

Agustina Lorca.