A veces, quisiera ser como un árbol;
para crecer en mi raíz profunda,
hasta el alto cielo, que todo inunda;
para ser fuerte y dulce como el mármol.
Para saber qué se siente nacer
con la frescura de las hojas nuevas;
amar la belleza en las primaveras
y encontrarme con el atardecer.
Pero una alfombra negra a los lectores
pondría para saber qué se siente
estar con niños, damas y señores.
También deseo aliviar al doliente,
que arrancó de su alma bellos amores;
¡renacería en mí al día siguiente!