Y para que esperar si quedarse quieto es
el fertilizante de las más profundas raíces
del árbol de la vagancia, el hambre y la ruina.
Adelante, un paso grande sucede al breve
y este al respiro para tomar aliento, el que
cataliza el ánimo para emprender el viaje.
Rema fuerte el que lejos quiere llegar y más
vale zarpar ahora que hay viento en la espalda
y aunque no quedara luz, aún es alta la marea.
Llega la hora y la fina red ya está remendada,
pronto la favorable luna iluminará la penumbra
y al salir el alba regresará la barca bendecida.